A veces me parece verlo
suspendido
de un hilo.
Débil cometa que
trasciende
El
inconciente colectivo
y vuelve de donde
regresan
como colgado de un suspiro,
y pienso en este país
de cuervos rojos, incendiándose,
y deduzco de una que son
ellos
los que le impusieron el
prodigio
de someter su símbolo
intermitentemente al
fuego.
Parece que siempre sale bien librado
de las llamas el espantapájaros.
Tan es así que también parece
dentro de su presencia mítica
él estar esperando
ese reencuentro con el fuego
tal como si fuera o como es,
su devenir eterno.
Del poemario Las Ropas del Espantapájaros,
Por: Rafael Aarón Morales
Por: Rafael Aarón Morales
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